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INFORME INTERNACIONAL

Politica

Gobierno venezolano satisfecho por declaraciones de Condolezza Rice

Gobierno venezolano satisfecho por declaraciones de Condolezza Rice POR FIN CONDOLEZZA RICE

La Viceministra de Relaciones Exteriores para Europa, Delcy Rodríguez, encargada del MRE, saludó las declaraciones de la Secretaria de Estado estadounidense y expresó que el Gobierno de ese país puede contar, por parte de Venezuela, con una posición de respeto.

El gobierno de Venezuela acogió con satisfacción este sábado las afirmaciones de la titular del Departamento de Estado de EEUU, Condolezza Rice, de que nadie quiere ser enemigo de Venezuela o de sus líderes, y dijo que será recíproco.

No me queda más que decirle que saludamos su posición respecto a las autoridades legítimas y constitucionales de este país (...); saludamos sinceramente que tenga una posición de respeto y puede contar con nuestra reciprocidad, dijo en rueda de prensa uno de los cinco vicecancilleres venezolanos, Delcy Rodríguez.

En una entrevista publicada hoy por el diario estadounidense The Washington Post, Rice aseguró que su país y Venezuela han tenido tradicionalmente lazos muy fuertes. En alusión al presidente venezolano, Hugo Chávez, sostuvo que quiere creer que los líderes electos están gobernando de manera democrática.

La Secretaria de Estado estadounidense recordó que Venezuela mantiene una relación muy estrecha con Cuba pero admitió que eso es asunto venezolano. Sin embargo, reiteró que Cuba es el único país que no forma parte activa de la Organización de Estados Americanos debido, en su opinión, a que no es democrático.

Código Chávez

Código Chávez "Código Chávez: descifrando la intervención de los Estados Unidos en
Venezuela", de Eva Golinger. Descifrando los códigos de la mentira

El Código Chávez: descifrando la intervención de los Estados Unidos en Venezuela
comienza con una descripción casi detectivesca de cómo Eva Golinger y sus colaboradores han encontrado ciertos documentos en los desvanes del Departamento de Estado, el Departamento de Defensa y otros infiernillos donde se cocina la política exterior norteamericana, y luego, el libro se convierte en un meticuloso ensayo sobre la National Endowment for Democracy (Fundación Nacional para la Democracia, NED).

Poco después experimenta una nueva muda y torna a ser un melodrama intrépido
en el que se entremezclan el pillaje, el atraco, el chantaje político, el espíritu
mercenario, la violencia... Cuando cierra la última página, el lector podría
muy bien preguntarse si lo que ha leído no es, más bien, una novela de aventuras
imposibles, un juego de la imaginación sin mayores ataduras con la experiencia vivida.

Sin embargo, ni una sola línea se atiene a la ficción. Una buena parte de este
libro está conformado por documentos obtenidos bajo el amparo de la Ley de Libertad
de Información (FOIA) de Estados Unidos, y debió pasar bastante tiempo y esfuerzos para que Eva obtuviera este material que ahora se encuentra a disposición de los lectores y que, como confirma en la primera página, supone para ella enormes riesgos, incluyendo la amenaza de muerte.

Aún así, el lector no debe perder de vista que semejante testimonio documental
no solo se lo debemos a la constancia de los investigadores, sino a esas extrañas
veleidades de los funcionarios que controlan los archivos secretos norteamericanos,
que desclasifican a discreción lo que les parece, y ocultan lo más comprometedor.

La propia Eva augura decenas de años para la apertura de otros archivos. Es decir,
mucho y aún más pavoroso debe estar censurado todavía y quizás nunca nos enteraremos
de las más íntimas evidencias de los planes contra Venezuela. Como se sabe, hubo
que esperar más de 30 años y el mea culpa de Rober McNamara para conocer
los diabólicos pretextos que provocarían la invasión de Estados Unidos a Cuba,
contenidos en el diseño de la llamada Operación Mangosta. ¿Cuándo se sabrá qué
pasó realmente en Dallas, el día en que mataron a Kennedy? ¿Cuándo nos enteraremos
de lo que ahora mismo se está fraguando contra Cuba, Venezuela y el mundo?.

Gracias a este botón de muestra que Eva y el periodista independiente Jeremy
Bigwood lograron arrancarle al gobierno norteamericano, es posible probar lo
que Estados Unidos negó reiteradamente: sí estaba enterado con anticipación de
los detalles del golpe contra el presidente venezolano Hugo Chávez en abril de
2002, que incluía planes para generar violencia durante las manifestaciones,
el arresto del mandatario y la participación activa en el golpe.

Por donde quiera que se le mire, El Código Chávez es un libro aleccionador. Su
testimonio aporta una serie de documentos que transparentan la verdad de los
hechos que han conmocionado la opinión pública venezolana en los últimos tres
años. La magnitud de la intervención norteamericana en Venezuela, teniendo en
cuenta la sensibilidad especial que genera para EE.UU. un país que es el primer suministrador de combustible en el hemisferio, tiene aquí irrebatibles documentos que la prueban y un advertencia sobre el abanico de variantes que ha utilizado el Imperio para intentar desdibujar el magnicidio, el terrorismo y la guerra sucia contra Venezuela.

En este libro aparece en detalles cómo ejecutaron los Estados Unidos en Venezuela
su Plan A de intervención y de subversión para América Latina. Que haya fracasado
esta vez no significa necesariamente que el agresor se dé por vencido. Poco después
de que Eva Golinger puso el punto final a esta investigación, han comenzado a
aparecer en el escenario público las evidencias de que el gobierno de George
Bush está aplicando ya el Plan B: una arremetida de propaganda sucia y de acciones
en organismos internacionales para aislar al gobierno venezolano, sin que se descarte el asesinato o secuestro del jefe de Estado, que es siempre antesala de la intervención militar.

Como ha denunciado Venezuela, en las primeras semanas de 2005 se publicaron más
de 50 artículos de prensa en los principales diarios y televisoras norteamericanas,
donde más del 85 por ciento de los "expertos" consultados están afiliados a instituciones o publicaciones opositoras. Las acusaciones más calumniosas las han
ofrecido "fuentes sin identificar" de la administración Bush, que echaron leña
al fuego de la nueva definición que hizo, comenzando el año, la secretaria de
Estado Condoleezza Rice: "Hugo Chávez es una fuerza negativa en la región".

A partir de ese grito de guerra, los Estados Unidos han soltado los perros de
presa de la CIA y los medios a su servicio, incluida la prensa e instituciones
como la Organización de Estados Americanos, con lo que vuelve a caldearse el
panorama y a aparecer signos dispersos, pero muy perceptibles, de la nueva cruzada.
Por tanto, es probable que dentro de un año -tal vez antes- nos enteremos en un nuevo libro de Eva o de otros audaces investigadores, cómo se tejió este nuevo capítulo en
la saga de este siniestro culebrón que los cubanos hemos padecido por más de
40 años y que, recién empieza para los venezolanos.

Este es el secreto que anida en El Código Chávez, y no debiera extrañar que su
autora recibiera amenazas de muerte de la oposición venezolana y la hostilidad
de las autoridades de los Estados Unidos, el país donde ella nació. La investigación
de Eva Golinger, mujer valiente y comprometida consecuentemente con la verdad,
es la alegoría fiel de toda una práctica de terrorismo de Estado, que replica sus esquemas con escasa imaginación y extrema soberbia. El Código Chávez alude a una experiencia que concierne íntimamente a todas las sociedades del mundo. Una experiencia que nos lleva a una pregunta muy simple: ¿podrá algún gobierno de este mundo eludir los afanes "liberadores" de la CIA y la NED, si intenta un camino distinto al que ha elegido el emperador Bush para los habitantes del planeta?

Rosa Miriam Elizalde

Uribe va por la guerra

Uribe va por la guerra Por: Heinz Dieterich

1. El gobierno venezolano ha manejado el secuestro de Rodrigo Granda sobre la hipótesis de que el Presidente Álvaro Uribe no estaba involucrado en el crimen. Razones de Estado y de alta diplomacia aconsejaron tomar esa postura. Sin embargo, las recientes declaraciones del gobierno colombiano y sus mentores políticos en Washington han dejado claro que esa hipótesis de trabajo ya es obsoleta. Una hipótesis que explicaría mejor el plan del Presidente colombiano y que representaría adecuadamente el nivel informativo actual, es la siguiente.

2. El secuestro no fue un evento fortuito o de funcionarios de segundo nivel o de corrupción mercantil, sino una operación de Washington ejecutada por Uribe, con un propósito táctico y otro estratégico: 1. el objetivo táctico consiste en crear las condiciones para la ruptura de las relaciones diplomáticas con Venezuela; 2. el objetivo estratégico consiste en el aislamiento y la destrucción de la Revolución bolivariana desde la Organización de Estados Americanos (OEA). El plan de operaciones prevé cuatro etapas secuenciadas.

3. La logística del secuestro revela que se trata de una operación largamente planeada que fue organizada sobre un seguimiento prolongado de los pasos de Rodrigo Granda. Por lo mismo, la detención se podría haber hecho en la misma Colombia o en el Foro Social Mundial (FSM) de Porto Alegre, al cual el dirigente colombiano seguramente hubiera asistido. Sin embargo, Washington decidió llevarla a cabo en Caracas, dentro del contexto de dos eventos internacionales de la política venezolana, a fin de utilizarlo como detonador inicial de una cadena de reacción destinada a destruir el proyecto bolivariano.

4. Para lograr su objetivo táctico, Washington y su empleado colombiano están montando ---sobre el hecho criminal inicial--- una campaña de mentiras mediáticas a nivel mundial, que abarcan desde la falta de libertad de prensa y de respeto a la propiedad privada, hasta el apoyo a “grupos terroristas” como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la “subversión de gobiernos democráticamente electos”, el insuficiente combate al “terrorismo y narcotráfico” y la “alianza militar estratégica” con Rusia.

En este momento, las mentiras principales son, en boca de la canciller colombiana Carolina del Barco, que el gobierno de Hugo Chávez “cobija” a jefes de las FARC dentro de Venezuela, que permite que las FARC “monten campamentos en la frontera” y que hagan operaciones militares “desde territorio venezolano”.

El Colegio de Propaganda Fide de Washington, que se encarga de divulgar las mentiras de la nueva campaña, ya está trabajando a marchas forzadas, poniendo en funcionamiento sus cajas de resonancia: dentro de Venezuela y Colombia los partidos y medios de la oligarquía y afuera los Mickey Mouse Media (MMM) de Estados Unidos, encabezados por las televisoras CNN y el Washington Post, meticulosamente coreografiados con la amenazante Condoleeza Rice en el Senado estadounidense ---donde repitió las tonterías ideológicas de Woodrow Wilson de hace noventa años para justificar la agresión imperialista de hoy--- el embajador de Washington en Bogotá y un grupo de Rambos de la “contra” y de los escuálidos, en Miami.

En una de esas operaciones planeadas para el futuro, denominada "Operación Colibrí", se empezaría a hacer "flotar" videos adulterados; transcripciones de supuestas conversaciones telefónicas del Presidente Hugo Chávez con Fidel Castro y las FARC; detener a supuestos terroristas islámicos “apoyados” por Hugo Chávez y se reflotarían las terribles maquinaciones del artículo de U.S. News and World Report, "El terror cerca de casa" (Terror Close to Home), escrito por la jefa de la sección de América Latina, Linda Robinson, reseñado en mi artículo en rebelion.org, el 2 de noviembre del 2003.

5. El actual aprovechamiento propagandístico del secuestro, que se realiza sobre el intento de confundir los agredidos con los agresores, es el preludio para un conflicto armado (limitado) que Uribe lanzará en la frontera, a fin de crear el pretexto internacional para poner a sus fuerzas armadas en estado de “alerta roja” y romper las relaciones diplomáticas con Caracas.

6. Los escenarios que se escojan para tal fin pueden ser varios. Cuatro son los más probables: a) que unidades paramilitares o fuerzas especiales del ejército colombiano se disfracen como miembros de las FARC y ataquen a blancos dentro de Venezuela, para “vengar” el secuestro de Rodrigo Granda, motivando una reacción militar local venezolana; b) que fuerzas paramilitares o regulares disfrazadas de paramilitares lleven a cabo esa operación para destruir las supuestas “bases” de las FARC en Venezuela; c) el secuestro de personajes en Venezuela ó, una combinación de esos escenarios.

Un quinto escenario posible es una variación del incidente del “Caldas” de 1987, cuando un barco de guerra colombiano entró en aguas territoriales venezolanas, en medio del diferendo marítimo de delimitación de aguas marinas y submarinas del Golfo de Venezuela, como una demostración de que esas eran aguas colombianas.

7. El peligro de guerra entre Colombia y Venezuela daría motivo para convocar a una sesión de emergencia de la OEA, en la cual se tratara de aislar a Venezuela, aplicándole la Carta Democrática Interamericana (CDI) y demás arsenal legalista-injerencista de la OEA, así como de sanciones económicas. Este es el plan real de Uribe-Bush que tuvo su primer paso en el secuestro de Rodrigo Granda.

8. Las fechas que manejan los organizadores colombo-estadounidenses de la conspiración para ejecutar la provocación, giran en torno al 28 de enero y la semana del 1 al 5 de febrero. Las acciones externas irían acompañadas por una movilización del “frente interno” de la contrarrevolución, a través de la movilización de grupos de personas de la economía informal, que reclaman terrenos, trabajo y vivienda, a cuyas demandas los gobernantes locales o ministros no han dado respuestas eficientes.

9. El descarado apoyo intervencionista del embajador estadounidense en Colombia, William Word, ex asistente especial en la Oficina de Asuntos Político-Militares del Departamento de Estado; la afirmación de la canciller colombiana, de que a Uribe no le preocupa un agravamiento de las tensiones con Venezuela y el brusco rechazo de éste a la mediación ofrecida personalmente por el presidente brasileño Lula da Silva, aportan evidencia empírica adicional sobre la veracidad de la hipótesis.

10. Uribe no tiene el menor interés de arreglar el problema del secuestro conforme a ley y por la vía institucional bilateral, porque todo arreglo de este tipo lo pondría en conflicto con sus amos en Washington. Tanto por convicción propia como por dependencia extrema, tratará de violentar el problema aún más, hasta llegar al punto de inflexión, tal como hizo Bush con la mentira de las Armas de Destrucción Masiva de Irak en el Consejo de Seguridad de la ONU.

11. A Uribe no le importa, que el plan que ejecuta costará sangre y atenta contra la democracia latinoamericana y su Estado de Derecho, porque es un sujeto sin ética rodeado de altos funcionarios de dudosa probidad ética. Identificado en 1991 por la inteligencia militar estadounidense (Defense Intelligence Agency) como amigo personal del capo del narcotráfico más poderoso de aquella época, Pablo Escobar, y vinculado al cártel de Medellín, tiene como mano derecha a un Ministro de Defensa, ex Vicepresidente del Consejo Empresario de América Latina (CEAL), que es co-responsable de los múltiples crímenes de lesa humanidad cometidos por sus Fuerzas Armadas, dentro de Colombia, a quién se le ha comprobado una relación conyugal con una traficante de heroína encarcelada, y un comandante de la Policía Nacional, el General Jorge García, que ha mentido repetidas veces públicamente en el caso de Rodrigo Granda.

12. El conflicto entre Uribe-Bush y las fuerzas democráticas de América es de trascendental importancia para el futuro de la región, porque es el choque antagónico entre la Doctrina Monroe y el derecho a la autodeterminación de los pueblos latinoamericanos, pisoteado durante doscientos años por Estados Unidos. Al colocarse Uribe del lado del intervencionismo estadounidense y del intento, de instalar en América Latina un régimen de Estados terroristas y gangsteriles, se ha convertido, sin duda, en el enemigo público número uno de los pueblos, de la democracia y de la integración bolivariana de la Patria Grande.

13. Su maniobra, sin embargo, es arriesgada y puede convertirse en una derrota política decisiva para él y su proyecto neocolonial-terrorista, el Plan Colombia, si las fuerzas democráticas de la región, tanto estatales, como partidistas y de la sociedad civil, sabrán cobrarle el costo político de su crimen de Estado. Derrotar a Uribe no sólo significa devolverle la paz al espacio andino, fortalecer a los Estados democráticos y favorecer las condiciones de integración del Bloque Regional de Poder Latinoamericano, sino también, abrir las puertas a una solución negociada dentro de la misma Colombia.

El papel de Brasil, Argentina y Uruguay dentro de esta coyuntura es fundamental. Si Brasil, Argentina y Uruguay defienden los preceptos y el sistema del Estado de Derecho latinoamericano, así como las soberanías nacionales, y el Estado venezolano sigue actuando con madurez, Bush y Uribe no lograrán su objetivo.

Ante esta situación, no hay lugar para errores que debiliten la unión de las fuerzas democráticas antiterroristas del Continente.

Comunicado para Colombia

Comunicado para Colombia COMUNICADO OFICIAL DEL MRE

EL MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA EN RESPUESTA AL COMUNICADO DE LA CASA DE NARIÑO



Después de analizar cuidadosamente el "Comunicado de la Casa de Nariño", el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela ha considerado necesario aclarar cada uno de los puntos que, por su ambigüedad, exigen precisión.

1. Todo pueblo tiene derecho a librarse de la pesadilla del terrorismo, siempre que la acción de sus gobernantes no viole la ley internacional ni la de otras naciones.

2. La política de recompensas puede ser aplicada por un gobierno dentro de su jurisdicción. Otra cosa es cuando se soborna a funcionarios públicos de otras naciones para secuestrar ciudadanos en otros países.

3. Las Naciones Unidas prohíben albergar terroristas de manera "activa o pasiva". Por ello, cuando se tiene conocimiento de la presencia de un "terrorista" o ciudadanos solicitados por la justicia de un país en otro país, la ley internacional y los acuerdos bilaterales establecen reglas muy claras para solicitar a la persona requerida. La Ley Internacional no establece norma alguna que autorice el soborno ni el secuestro en el territorio de otras naciones soberanas.

4. Si el señor Granda era requerido por las autoridades colombianas, éstas estaban obligadas a aplicar los procedimientos previstos en los acuerdos entre nuestros países. Para el 13 de diciembre de 2004, fecha del secuestro del señor Granda, INTERPOL no había recibido ninguna solicitud por parte del gobierno de Colombia. Tampoco las autoridades venezolanas recibieron solicitud alguna de asistencia judicial ni policial, como lo imponen los convenios suscritos por ambos países. Cuando esto ha ocurrido, las autoridades venezolanas han actuado ajustadas a las normas legales. Esto lo saben bien las autoridades de la hermana Colombia.

5. El señor Granda hizo acto de presencia en el II Congreso Bolivariano de los pueblos motu proprio, sin que mediara invitación ni del gobierno venezolano, ni de los organizadores del evento al cual concurrieron más de 600 personas de Venezuela y distintos países.

6. Cuatro oficiales de la Policía Nacional de Colombia (Carlos Arturo Curtidor, Harrison Gil Arce, Degli Marlin Viaja y Pedro Rua Martin) fueron capturados en Maracay, a más de setecientos kilómetros de la frontera. Posteriormente, funcionarios de la misma Policía Nacional, sobornaron a funcionarios venezolanos para que ejecutaran el secuestro que venían planificando. Las pruebas están a la disposición de las autoridades colombianas.

7. El gobierno colombiano, si desea la colaboración de Venezuela y otros países en la captura y entrega de ciudadanos solicitados por sus autoridades, está obligado a someterse a la ley internacional y a los convenios bilaterales.

8. Nuevamente, y con el mayor respeto, planteamos al gobierno Colombiano que si desea tener "constructivas relaciones con el Gobierno y pueblo de Venezuela", debería tomar la mano extendida por nuestro Jefe de Estado y aceptar con gallardía la solicitud de rectificación de esas prácticas dentro del soberano territorio de Venezuela. Debe preguntarse ¿De reiterarse las mismas a dónde nos conducirían?

9. El gobierno colombiano propone un "mecanismo binacional para examinar los hechos que los gobiernos estimen convenientes". El gobierno venezolano espera pacientemente que el gobierno colombiano investigue y establezca las responsabilidades de sus funcionarios policiales, autores del soborno de funcionarios venezolanos, incitándolos a incurrir en actos que violan la ley internacional, los convenios bilaterales y las leyes penales de nuestro país. Resuelto este grave asunto, el mecanismo binacional podrá examinar otros hechos que "estimen convenientes" las partes.

Alí Rodríguez Araque
Ministro de Relaciones Exteriores

El Regimen de Bush

El Regimen de Bush No tenemos, fuera de Estados Unidos, una visión total de la administración Bush. Sólo algunas de sus personalidades son conocidas en el extranjero. Forman, sin embargo, un equipo coherente que realiza una "revolución neoconservadora" en ruptura total con la historia y los valores de su país.

En menos de tres años, George W. Bush se ha apoderado del poder con la complicidad de la Corte Suprema a pesar de los sufragios de los electores; las principales disposiciones de la Declaración de Derechos han sido suspendidas; un sistema orwelliano de vigilancia de cada ciudadano ha sido impuesto aprovechando las disposiciones de la Ley Patriota EE.UU.; los militares han sido autorizados a intervenir en la vida política interior; se ha constituido un aparato de propaganda interior; el país ha renunciado al derecho de los pueblos a disponer de sí mismos y se ha lanzado a campañas coloniales en Afganistán e Irak; al rechazar el Protocolo de Kyoto y la Corte Penal Internacional, al exacerbar el proteccionismo aduanero, y al escarnecer al Consejo de Seguridad ha cuestionado todos los sistemas de regulación internacional. Ya no se trata de un simple cambio de política, sino de un nuevo régimen.

El juego de naipes que publicamos es un instrumento pedagógico y lúdico para presentar un panorama del equipo que gobierna en Washington: el régimen Bush

George W. Bush fue designado presidente, sin esperar el resultado del escrutinio, por una Corte Suprema dominada por los amigos de su padre. Después, traumatizado por los atentados del 11 de septiembre, el país aceptó la suspensión por cuatro años de las principales disposiciones de la Declaración de Derechos, mientras se instalaba un gigantesco aparato de control social y de propaganda interior. Finalmente, la administración Bush realizó el derrocamiento por las armas de los gobiernos, primero en Afganistán, después en Irak, sin mandato de la ONU.

¿Quién hubiera pensado, hace tres años, que EE.UU. pondría en duda la totalidad de las relaciones internacionales? Sin embargo, en la actualidad, Washington trata de eliminar todo el poder político de la ONU y de ordenar el mundo sólo según su voluntad. Alemania, Bélgica, Francia y Luxemburgo forman un amago de disidencia en la OTAN y construyen una Europa de la defensa. Rusia y China han reiniciado la carrera armamentista.

Ha llegado el momento de preguntarse cuál es la naturaleza de la nueva administración estadounidense.