LAS DOS AMÉRICAS
El pasado septiembre, un huracán de categoría 5 sacudió la pequeña isla de Cuba con vientos de más de 250 km/h. Más de un millón y medio de cubanos fueron evacuados a zonas alejadas del impacto directo. A pesar de que el huracán destrozó más de 20.000 casas, no hubo ninguna víctima mortal.
¿Cuál es el secreto del presidente cubano Fidel Castro? Según el Dr. Nelson Valdés, catedrático de Sociología de la Universidad de Nuevo México y especialista en Latinoamérica, "toda la defensa civil se halla dentro de la comunidad. Toda la gente sabe con antelación adónde debe dirigirse."
"El líder cubano aparece en TV y se hace cargo del asunto," dice Valdés, lo que contrasta con la reacción de George W. Bush con respecto al huracán Katrina. Un día después de que Katrina azotase la costa del Golfo de México, Bush estaba jugando tranquilamente al golf. Esperó tres días para aparecer públicamente en TV y cinco días para hacer una visita a la zona siniestrada. El jueves, en un mordaz artículo, el New York Times decía que "nada de la conducta mostrada ayer por el Presidente -que parecía tan tranquilo que hasta daba la impresión de no inmutarse en absoluto - sugería que hubiese comprendido la gravedad de la actual crisis por la que atraviesa el país."
"La sola idea de apiñar a cientos de personas en un estadio es inimaginable en Cuba", dijo Valdés. "Todos los refugios cuentan con personal médico en el vecindario. En Cuba existen médicos de familia que son evacuados junto con sus propios vecinos y que ya conocen, por ejemplo, quiénes necesitan insulina."
También evacuan a los animales junto con veterinarios e incluso ponen a salvo sus televisores o frigoríficos, "de este modo la gente no se niega a abandonar sus casas por miedo a que alguien les robe sus pertenencias", observó Valdés.
Tras el paso del huracán Iván, el Secretariado Internacional para la Reducción de Desastres de las Naciones Unidas citó a Cuba como modelo de preparación frente a huracanes. El director del Secretariado, Salvano Brinceno, dijo que "el modelo cubano podría aplicarse fácilmente a otros países que posean condiciones económicas similares e incluso a países con mayores recursos que no logran proteger a su población como lo hace Cuba."
Nuestros gobiernos locales y federales tenían pleno conocimiento de que existía el peligro de que los huracanes, que cada vez crecen más en intensidad debido al calentamiento global, podrían devastar la ciudad de Nueva Orleáns. De este modo, en lugar de escuchar estas advertencias, Bush impidió que los estados tomasen medidas de control contra el calentamiento global, debilitando a la FEMA (Agencia Federal para el Manejo de Emergencias) y recortó los presupuestos del cuerpo técnico de ingenieros del ejército que construyen los diques de Nueva Orleáns en 71.2 millones de Dólares, un 44% de reducción.
Bush ha enviado casi a la mitad de las tropas de la Guardia Nacional para luchar en una innecesaria guerra en Iraq. Walter Maestri, jefe de gestión de emergencias de Jefferson Paris en Nueva Orleáns, comentaba hace un año: "parece que se han llevado el dinero para el presupuesto del Presidente para reforzar la seguridad nacional y la guerra en Iraq."
En un artículo de Editor and Publisher aparecido el miércoles se decía que el cuerpo técnico de ingenieros del ejército "nunca ocultó el hecho de que las presiones de gasto originadas por la guerra en Iraq y la seguridad nacional - que llegaron en el mismo momento que los recortes de los impuestos federales - eran la razón de tantas tensiones y provocaron un descenso en las labores de control de inundaciones y de mantenimiento de los diques deteriorados".
"Esta tormenta era demasiado importante para la protección que estábamos autorizados a proporcionar," comentó Alfred C. Naomi, un alto cargo de gestión en el distrito de Nueva Orleáns. Al contrario que lo que sucede en Cuba, cuyas medidas de seguridad nacional se centran tanto en prevenir muertes en los desastres naturales así como invasiones extranjeras, Bush ha fallado en cuanto a mantener a su gente a salvo. Paul Krugman escribía en el New York Times: "Nuestros líderes actuales, simplemente no se toman en serio ciertas funciones esenciales del Gobierno. Les encanta ir haciendo la guerra en cualquier parte pero no les interesa aportar seguridad, rescatar a todas aquellas personas que se encuentren necesitadas o gastarse dinero en medidas de prevención y nunca, jamás están dispuestos a compartir el sacrificio."
Durante la campaña electoral de 2004, el candidato a la vicepresidencia John Edwards habló sobre "las dos Américas". Resulta increíble cómo hay gente que pueda disparar a los equipos de rescate. Aún después de la paliza a Rodney King, de la que todas las televisiones del país se hicieron eco, la gente pobre, desesperada y hambrienta de Watts se apoderó de los vecindarios quemando y destruyéndolo todo. La rabia que llevaba latente en su interior tantos años por fin explotó. Eso es lo que sucede hoy en Nueva Orleáns y nosotros, blancos la mayoría, gente privilegiada, pocas veces nos fijamos en esa otra América.
"Pienso a mucho en que todo tiene que ver con la raza y la clase", comenta el Reverendo Calvin O. Butts III, pastor de la Iglesia Baptista Abisinia de Harlem. "La mayoría de la gente afectada es pobre. Gente de raza negra pobre."
El alcalde de Nueva Orleáns, Ray Nagin, arremetió de esta manera contra el Gobierno la noche del jueves: "¿me está diciendo que, en un lugar donde han muerto cientos de personas y donde otras miles morirán en los próximos días, no podemos encontrar los medios para autorizar los recursos que necesitamos? ¡Venga ya, tío!" El Secretario de Seguridad Nacional, Michael Chertoff, alardeó de que la FEMA y otras agencias federales han realizado "un estupendo trabajo" dadas las circunstancias. "Se dedican a dar vueltas por ahí mientras la gente se está muriendo", prosiguió Nagin. "¡Que muevan el culo y hagan algo!"
Al preguntarle sobre los saqueos, el alcalde respondió que exceptuando ciertos desaprensivos, los saqueos eran el resultado de que la gente está desesperada intentando buscar agua y comida para poder sobrevivir. Nagin culpó de los actos de violencia y crímenes a los drogadictos que se habían visto sin su dosis de droga y que recorrían la ciudad buscando lo que les pudiera servir."
Cuando el huracán Iván sacudió Cuba, no se impuso ningún toque de queda, no se produjeron saqueos ni violencia. Todos estaban en el mismo barco. Fidel Castro, quien comparó sus medidas gubernamentales frente a huracanes y la permanente amenaza de invasión por parte de los Estados Unidos, comentó que "hemos estado durante 45 años preparándonos".
El jueves, la Asamblea Nacional cubana envió un mensaje de solidaridad con las víctimas del huracán Katrina. Mencionaban que habían seguido muy de cerca las noticias sobre los daños provocados por el huracán en los estados de Louisiana, Mississippi y Alabama, y que dichas noticias les causaron dolor y tristeza. En el mensaje se mencionaba además que la peor parte se la habían llevado los afroamericanos, los trabajadores latinos y las gentes más pobres que todavía siguen esperando a ser rescatados y que buscan un lugar seguro donde refugiarse tras haberse quedado sin nada. El mensaje termina diciendo que el mundo entero debería tomar esta tragedia como propia.
¿Cuál es el secreto del presidente cubano Fidel Castro? Según el Dr. Nelson Valdés, catedrático de Sociología de la Universidad de Nuevo México y especialista en Latinoamérica, "toda la defensa civil se halla dentro de la comunidad. Toda la gente sabe con antelación adónde debe dirigirse."
"El líder cubano aparece en TV y se hace cargo del asunto," dice Valdés, lo que contrasta con la reacción de George W. Bush con respecto al huracán Katrina. Un día después de que Katrina azotase la costa del Golfo de México, Bush estaba jugando tranquilamente al golf. Esperó tres días para aparecer públicamente en TV y cinco días para hacer una visita a la zona siniestrada. El jueves, en un mordaz artículo, el New York Times decía que "nada de la conducta mostrada ayer por el Presidente -que parecía tan tranquilo que hasta daba la impresión de no inmutarse en absoluto - sugería que hubiese comprendido la gravedad de la actual crisis por la que atraviesa el país."
"La sola idea de apiñar a cientos de personas en un estadio es inimaginable en Cuba", dijo Valdés. "Todos los refugios cuentan con personal médico en el vecindario. En Cuba existen médicos de familia que son evacuados junto con sus propios vecinos y que ya conocen, por ejemplo, quiénes necesitan insulina."
También evacuan a los animales junto con veterinarios e incluso ponen a salvo sus televisores o frigoríficos, "de este modo la gente no se niega a abandonar sus casas por miedo a que alguien les robe sus pertenencias", observó Valdés.
Tras el paso del huracán Iván, el Secretariado Internacional para la Reducción de Desastres de las Naciones Unidas citó a Cuba como modelo de preparación frente a huracanes. El director del Secretariado, Salvano Brinceno, dijo que "el modelo cubano podría aplicarse fácilmente a otros países que posean condiciones económicas similares e incluso a países con mayores recursos que no logran proteger a su población como lo hace Cuba."
Nuestros gobiernos locales y federales tenían pleno conocimiento de que existía el peligro de que los huracanes, que cada vez crecen más en intensidad debido al calentamiento global, podrían devastar la ciudad de Nueva Orleáns. De este modo, en lugar de escuchar estas advertencias, Bush impidió que los estados tomasen medidas de control contra el calentamiento global, debilitando a la FEMA (Agencia Federal para el Manejo de Emergencias) y recortó los presupuestos del cuerpo técnico de ingenieros del ejército que construyen los diques de Nueva Orleáns en 71.2 millones de Dólares, un 44% de reducción.
Bush ha enviado casi a la mitad de las tropas de la Guardia Nacional para luchar en una innecesaria guerra en Iraq. Walter Maestri, jefe de gestión de emergencias de Jefferson Paris en Nueva Orleáns, comentaba hace un año: "parece que se han llevado el dinero para el presupuesto del Presidente para reforzar la seguridad nacional y la guerra en Iraq."
En un artículo de Editor and Publisher aparecido el miércoles se decía que el cuerpo técnico de ingenieros del ejército "nunca ocultó el hecho de que las presiones de gasto originadas por la guerra en Iraq y la seguridad nacional - que llegaron en el mismo momento que los recortes de los impuestos federales - eran la razón de tantas tensiones y provocaron un descenso en las labores de control de inundaciones y de mantenimiento de los diques deteriorados".
"Esta tormenta era demasiado importante para la protección que estábamos autorizados a proporcionar," comentó Alfred C. Naomi, un alto cargo de gestión en el distrito de Nueva Orleáns. Al contrario que lo que sucede en Cuba, cuyas medidas de seguridad nacional se centran tanto en prevenir muertes en los desastres naturales así como invasiones extranjeras, Bush ha fallado en cuanto a mantener a su gente a salvo. Paul Krugman escribía en el New York Times: "Nuestros líderes actuales, simplemente no se toman en serio ciertas funciones esenciales del Gobierno. Les encanta ir haciendo la guerra en cualquier parte pero no les interesa aportar seguridad, rescatar a todas aquellas personas que se encuentren necesitadas o gastarse dinero en medidas de prevención y nunca, jamás están dispuestos a compartir el sacrificio."
Durante la campaña electoral de 2004, el candidato a la vicepresidencia John Edwards habló sobre "las dos Américas". Resulta increíble cómo hay gente que pueda disparar a los equipos de rescate. Aún después de la paliza a Rodney King, de la que todas las televisiones del país se hicieron eco, la gente pobre, desesperada y hambrienta de Watts se apoderó de los vecindarios quemando y destruyéndolo todo. La rabia que llevaba latente en su interior tantos años por fin explotó. Eso es lo que sucede hoy en Nueva Orleáns y nosotros, blancos la mayoría, gente privilegiada, pocas veces nos fijamos en esa otra América.
"Pienso a mucho en que todo tiene que ver con la raza y la clase", comenta el Reverendo Calvin O. Butts III, pastor de la Iglesia Baptista Abisinia de Harlem. "La mayoría de la gente afectada es pobre. Gente de raza negra pobre."
El alcalde de Nueva Orleáns, Ray Nagin, arremetió de esta manera contra el Gobierno la noche del jueves: "¿me está diciendo que, en un lugar donde han muerto cientos de personas y donde otras miles morirán en los próximos días, no podemos encontrar los medios para autorizar los recursos que necesitamos? ¡Venga ya, tío!" El Secretario de Seguridad Nacional, Michael Chertoff, alardeó de que la FEMA y otras agencias federales han realizado "un estupendo trabajo" dadas las circunstancias. "Se dedican a dar vueltas por ahí mientras la gente se está muriendo", prosiguió Nagin. "¡Que muevan el culo y hagan algo!"
Al preguntarle sobre los saqueos, el alcalde respondió que exceptuando ciertos desaprensivos, los saqueos eran el resultado de que la gente está desesperada intentando buscar agua y comida para poder sobrevivir. Nagin culpó de los actos de violencia y crímenes a los drogadictos que se habían visto sin su dosis de droga y que recorrían la ciudad buscando lo que les pudiera servir."
Cuando el huracán Iván sacudió Cuba, no se impuso ningún toque de queda, no se produjeron saqueos ni violencia. Todos estaban en el mismo barco. Fidel Castro, quien comparó sus medidas gubernamentales frente a huracanes y la permanente amenaza de invasión por parte de los Estados Unidos, comentó que "hemos estado durante 45 años preparándonos".
El jueves, la Asamblea Nacional cubana envió un mensaje de solidaridad con las víctimas del huracán Katrina. Mencionaban que habían seguido muy de cerca las noticias sobre los daños provocados por el huracán en los estados de Louisiana, Mississippi y Alabama, y que dichas noticias les causaron dolor y tristeza. En el mensaje se mencionaba además que la peor parte se la habían llevado los afroamericanos, los trabajadores latinos y las gentes más pobres que todavía siguen esperando a ser rescatados y que buscan un lugar seguro donde refugiarse tras haberse quedado sin nada. El mensaje termina diciendo que el mundo entero debería tomar esta tragedia como propia.
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