EE.UU SE ASUSTA
Avance hispano en EEUU es motivo de alborozo y escepticismo
WASHINGTON (AP) - La participación hispana sin precedentes en las elecciones del 2004 ha causado reacciones que van del alborozo al escepticismo sobre lo que se será a partir del próximo año el ascenso de esa comunidad en la estructura del poder político en Estados Unidos.
Los activistas creen que el haber logrado por primera vez en la historia dos senadores en el Congreso era ya suficiente para decir que los electores hispanos estaban tomando conciencia sobre la importancia de tener una mayor participación.
Si a esos senadores se añade la ganancia hispana de un asiento en la Cámara de Representantes para completar 23 legisladores, la satisfacción quedaría completa.
A ellos se unirían en la rama ejecutiva Alberto Gonzáles y Carlos Gutiérrez, propuestos por el presidente George W. Bush para las secretarías de Justicia y Comercio. Y en las legislaturas estatales 171 miembros en las cámaras bajas, un aumento de 10, así como 60 senadores, aun cuando estos son uno menos que en el cuatrienio previo.
Antonio González, presidente del Instituto William C. Velázquez, de Los Angeles, opina que a partir de noviembre del 2004 "los partidos políticos serían torpes si no tienen una orientación hacia los hispanos en el futuro".
Los nuevos senadores Mel Martínez y Ken Salazar provienen de los estados de la Florida y Colorado y son militantes de los partidos Republicano y Demócrata, respectivamente. La adición en la cámara baja es John Salazar, hermano de Ken, también demócrata de Colorodo.
Adam Segal, director del proyecto Voto Hispano de la Universidad Johns Hopkins, de Washington, dice que todas estas cifras "son buenas solamente para cuestiones de imagen".
"No creo que los acontecimientos legislativos y ejecutivos van a tener un gran impacto en la comunidad hispana con esas representaciones", dijo. "La estructura política de este país es tal que los intereses tradicionales de los partidos políticos, que generalmente no incluyen a las minorías, seguirán predominando por largo tiempo".
José de la Isla, autor del libro "Ascenso Hispano al Poder Político", coincide con Segal, pero dice que "sería una miopía no ver que ahora hay una conciencia electoral de los protagonistas de una historia olvidada de este país".
Según varias organizaciones hispanas, para las elecciones de noviembre pasado se inscribieron unos 10 millones de votantes de ese origen, o un 33% más que para los comicios del 2000. De ese total sólo votaron 7,6 millones, un aumento del 28% comparado con el mismo año.
Los votantes hispanos han sido tradicionalmente demócratas. Pero, en las elecciones Bush, con un 45%, quedó a apenas 10 puntos porcentuales del candidato demócrata John Kerry, que obtuvo el 55%.
Porcentualmente, Bush duplicó el voto hispano que recibió en 1996 el candidato republicano Bob Dole, que fue de 21%.
La representante republicana Ileana Ros-Lehtinen cree que los hispanos "apoyaron a un candidato que promueve las pequeñas empresas y educación, garantiza la atención médica, propone una reforma migratoria y facilita la compra de viviendas", que son las metas de la comunidad hispana.
Pero, esta comunidad, formalmente proclamada en el 2004 como la primera minoría en Estados Unidos, sigue todavía encarando los peores índices de desempleo, salubridad y escolaridad.
La Oficina de Estadísticas Laborales dijo que la tasa de desempleo neto entre los hispanos es de 6,7%, y en el año que termina hubo 1,3 millones de hispanos en busca de trabajo, un aumento del 16% desde que Bush inició su primer periodo hace cuatro años.
Igualmente, unos 12 millones de hispanos, más de un tercio del total, no tiene seguro médico; sólo uno de cada 10 va a la universidad y el número de los que viven en pobreza es de 9,1 millones.
WASHINGTON (AP) - La participación hispana sin precedentes en las elecciones del 2004 ha causado reacciones que van del alborozo al escepticismo sobre lo que se será a partir del próximo año el ascenso de esa comunidad en la estructura del poder político en Estados Unidos.
Los activistas creen que el haber logrado por primera vez en la historia dos senadores en el Congreso era ya suficiente para decir que los electores hispanos estaban tomando conciencia sobre la importancia de tener una mayor participación.
Si a esos senadores se añade la ganancia hispana de un asiento en la Cámara de Representantes para completar 23 legisladores, la satisfacción quedaría completa.
A ellos se unirían en la rama ejecutiva Alberto Gonzáles y Carlos Gutiérrez, propuestos por el presidente George W. Bush para las secretarías de Justicia y Comercio. Y en las legislaturas estatales 171 miembros en las cámaras bajas, un aumento de 10, así como 60 senadores, aun cuando estos son uno menos que en el cuatrienio previo.
Antonio González, presidente del Instituto William C. Velázquez, de Los Angeles, opina que a partir de noviembre del 2004 "los partidos políticos serían torpes si no tienen una orientación hacia los hispanos en el futuro".
Los nuevos senadores Mel Martínez y Ken Salazar provienen de los estados de la Florida y Colorado y son militantes de los partidos Republicano y Demócrata, respectivamente. La adición en la cámara baja es John Salazar, hermano de Ken, también demócrata de Colorodo.
Adam Segal, director del proyecto Voto Hispano de la Universidad Johns Hopkins, de Washington, dice que todas estas cifras "son buenas solamente para cuestiones de imagen".
"No creo que los acontecimientos legislativos y ejecutivos van a tener un gran impacto en la comunidad hispana con esas representaciones", dijo. "La estructura política de este país es tal que los intereses tradicionales de los partidos políticos, que generalmente no incluyen a las minorías, seguirán predominando por largo tiempo".
José de la Isla, autor del libro "Ascenso Hispano al Poder Político", coincide con Segal, pero dice que "sería una miopía no ver que ahora hay una conciencia electoral de los protagonistas de una historia olvidada de este país".
Según varias organizaciones hispanas, para las elecciones de noviembre pasado se inscribieron unos 10 millones de votantes de ese origen, o un 33% más que para los comicios del 2000. De ese total sólo votaron 7,6 millones, un aumento del 28% comparado con el mismo año.
Los votantes hispanos han sido tradicionalmente demócratas. Pero, en las elecciones Bush, con un 45%, quedó a apenas 10 puntos porcentuales del candidato demócrata John Kerry, que obtuvo el 55%.
Porcentualmente, Bush duplicó el voto hispano que recibió en 1996 el candidato republicano Bob Dole, que fue de 21%.
La representante republicana Ileana Ros-Lehtinen cree que los hispanos "apoyaron a un candidato que promueve las pequeñas empresas y educación, garantiza la atención médica, propone una reforma migratoria y facilita la compra de viviendas", que son las metas de la comunidad hispana.
Pero, esta comunidad, formalmente proclamada en el 2004 como la primera minoría en Estados Unidos, sigue todavía encarando los peores índices de desempleo, salubridad y escolaridad.
La Oficina de Estadísticas Laborales dijo que la tasa de desempleo neto entre los hispanos es de 6,7%, y en el año que termina hubo 1,3 millones de hispanos en busca de trabajo, un aumento del 16% desde que Bush inició su primer periodo hace cuatro años.
Igualmente, unos 12 millones de hispanos, más de un tercio del total, no tiene seguro médico; sólo uno de cada 10 va a la universidad y el número de los que viven en pobreza es de 9,1 millones.
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